A partir del martes, sea quien fuere el ganador de mañana en las elecciones, la Argentina empezará a vivir un proceso que la obliga a recuperarse pero, antes que eso, a sincerar muchas de sus variables económicas.
Casi un 30% de los precios que releva el Indec, desde el de la medicina prepaga hasta la energía o gran parte de los productos de góndola, están controlados por distintos motivos y conforman lo que los analistas llaman “inflación reprimida”.
Ese compendio de precios incluye uno fundamental, que es el tipo de cambio, la principal y más urgente incógnita post electoral.
El mercado descuenta desde hace tiempo que habrá una devaluación: lo que no sabe es ni cómo ni cuándo..